Consejos para aprender a vivir con fibromialgia a diario
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Esta enfermedad produce un dolor por todo el cuerpo que suele ir acompañado de un cansancio extremo. Unas molestias que no se sabe muy bien por qué aparecen, pero que llegan a incapacitar a una persona. La fibromialgia es una enfermedad sin cura. Damos consejos para aprender a vivir con fibromialgia a diario.
La fibromialgia es un problema crónico que afecta, entre otras áreas, al aparato locomotor. Y la sufren en torno a 3 de cada 10 personas en España. Es, además, una dolencia mucho más frecuente entre mujeres que en hombres.
Cómo aprender a vivir con fibromialgia a diario
Los enfermos de este problema detectan el calor, el frío, el roce de la ropa, pero su umbral del dolor es muy bajo, hasta el punto de que un simple movimiento o una pequeña presión les generan mucha molestia.
Según TK Home Solutions, el otro motivo que complica su diagnóstico es porque es diferente en cada persona. Hay distintos niveles de intensidad: desde simples molestias hasta dolores incapacitantes. Los síntomas son muy variados.
Para esta dolencia crónica de la que aún no hay cura debemos conseguir la mejor calidad de vida posible.
Crear rutinas
Es importante establecer una rutina que nos ayude a identificar nuestros niveles de energía. Si somos capaces de hacer nuestras tareas con normalidad, sabremos que es un día bueno; si nos cuesta demasiado, sabemos que nuestro cuerpo nos pide parar antes.
Aprovechar la energía
Los días que uno se sienta bien, hay que hacer todo lo que se pueda y durante el tiempo que se pueda. Es útil anotar todo lo que se quedó sin hacer un día malo, para completarlo cuando se está mejor.
Intentar no forzarse
Hay que aprovechar la energía, pero también saber cuándo parar. Si no es posible hacer todo lo que teníamos planeado, es mejor que se quede pendiente a que forcemos nuestro cuerpo.
Preparar la casa
Es importante tener la vivienda preparada para evitar caídas y facilitarnos las tareas indispensables: quitar cables sueltos, fijar las alfombras, instalar un salvaescaleras, tener comida ya preparada…
Ejercicio moderado y adaptado
Los médicos pueden fijar una rutina de ejercicio para mantener unos huesos y músculos sanos y fuertes. Por supuesto, hay que adaptar esa rutina a nuestros niveles de energía.
Ejercicios de relajación
El ejercicio moderado, la terapia psicológica y las actividades relajantes (tardes de lectura, paseos por el campo…) ayudarán a mantener una buena salud mental.
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